Reunión de empresas porcinas con Bahillo para incentivar el consumo de carne de cerdo y el desarrollo del sector.

17 octubre, 2022

El jueves 13 de octubre, al mediodía, en un feedlot de Saladillo llamado Transcom SA, se reunieron productores y empresarios porcinos con el el Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo.

Durante el encuentro se buscó dar una vuelta de página y articular de manera conjunta un plan ordenado entre el Estado y el sector productivo que permita el crecimiento de la producción de carne porcina local.

“Casi todas las empresas del sector tenemos planes de expansión y crecimiento”, reveló Antonio Riccillo, el anfitrión de sus colegas.

Los empresarios intentaron convencer a los funcionarios de que la Argentina tiene una enorme posibilidad de generar riqueza e impuestos si adopta ciertas decisiones para potenciar su producción de carne porcina, que actualmente se ubica en unas 800 mil toneladas anuales, bastante atrás de la producción de pollos, de 2,2 millones de toneladas; y de carne vacuna, que ronda las 3 millones de toneladas.

“La reunión se hizo con el objetivo de conocer la actualidad del sector y proyectar un crecimiento de la producción de carne porcina”, indicó Riccillo, quien está convencido de que el país puede desarrollar mucho más este sector productivo, que es uno de los que mejores conversiones ofrece a la hora de transformar la producción de maíz y otros granos en proteínas animales.

Lo que le plantearon con claridad los empresarios a Bahillo es que la cadena de producción porcina debería ser considerada por el gobierno como “socia estratégica” de la carne vacuna, que domina históricamente en las preferencias de los argentinos y aporta unos 50 kilos anuales por habitante y por año a la canasta de consumo, algo pro encima de la avícola (47 kilos anuales) y bastante más arriba que la porcina (16 kilos).

Los socios de la Asociación de Productores Porcinos (AAPP) creen que con una serie de estímulos (o mejor dicho, sin que nada se les ponga enfrente bloqueando el camino) la oferta de carne de cerdo podría seguir creciendo como en los últimos 20 años, ya que a principios de 2000 se consumían tan solo 8 kilos por habitante y año (la mitad que ahora) y se podría elevar hasta por los menos 26 kilos anuales per cápita.

El acento de los empresarios no es poner el foco en la exportación (el comercio mundial de carne porcina está manejado por colosos como China, Brasil o Estados Unidos) sino en el mayor consumo interno de este alimento, para reemplazar paulatinamente la ingesta de carne vacuna y liberar así mayore sotcks de bifes vacuno, que sí tienen más facilidad para ser colocados en el exterior. “A mayor producción de cerdo más volumen vacunó para exportar”, es el razonamiento.

Actualmente, y desde mayo de 2021, la Argentina impone restricciones a sus exportaciones de carne vacuna, que se exporta por unas 800 mil toneladas, cuando largamente los envíos podrían haber superado ya el millón de toneladas. El lucro cesante de esa decisión en enorme.

Los empresarios solicitaron reglas de juego clara, que deje de coquetear con la idea de las megagranjas chinas (un proyecto que quedó absolutamente cajoneado en la Cancillería) y que corrija algunas distorsiones actuales en el negocio, como “las anomalías impositivas que afectan las inversiones y las retenciones que sufren las exportaciones de carnes y menudencias”; a cambio de una mayor industrialización de maíz, ya que actualmente la producción porcina utiliza unas 2,5 millones de toneladas sobre una cosecha cercana a 50 millones, y la creación de trabajo en toda la geografía nacional”.

Fuente: Bichos de Campo